El campo magnético de la Tierra se genera en el núcleo.
El núcleo central es sólido.
El núcleo externo es líquido (lava).
Ambos giran a diferente velocidad y la interacción entre las regiones crea lo que los científicos llaman la "dínamo electromagnética". Es algo así como un motor eléctrico y genera un campo magnético semejante a un imán gigante.
El manto del planeta, que rodea al núcleo, también forma parte de este juego.
La interacción provoca una fluctuación constante.
En lo que a nuestra experiencia humana compete, la intensidad del campo magnético ha estado decayendo durante los últimos 2.000 años y "lo ha hecho muy significativamente" durante los últimos 20 años. Un estudio reciente muestra que la disminución de su fuerza llega a un 10% en los últimos 150 años.
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