El uso intencional de este flujo natural de energía viene de la mano de tradiciones religiosas y filosóficas como el taoísmo, el budismo y el zen, y el yoga.
Desde la más remota antigüedad las personas emplean este flujo de energía natural y pura para aprender, hacer, organizar, crear y superarse.
Toda forma de Arte, música, poesía, plástica, emplea esta energía que pasa y activa los sentimientos, ideas y entusiasmos humanos.
Las culturas antiguas consideran que esta energía es absorbida o asimilada mediante la respiración.
En japonés, la palabra ki se traduce como energía, presencia, voluntad, salud o respiración.
En el yoga hindú, la palabra sánscrita prāṇa tiene el mismo significado, queriendo decir energía, respiración, sabiduría.
A través de técnicas de respiración se afirma que se puede controlar el flujo interno de esta energía natural y armonizar su personalidad y metabolismo.
Algunos maestros de zen y yudo afirman que la respiración es la respiración del cosmos, ya que todos los elementos de la naturaleza son una pieza del todo, y la realidad se expresa en procesos de opuestos que alternan (día/noche, invierno/verano, movimiento/quietud...), lo que se conoce como Yīn Yáng.
En el entrenamiento taoísta se desea purificar el cuerpo físico para no restringir el flujo de estas energías y conectar el flujo de pensamiento con el flujo de esta energía, para aprender y para desarrollarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario